Arturo Reyes recibió al Junior en el puesto 17 y en seis partidos lo subió al sexto lugar.
Arturo Reyes recibió al Junior en el puesto 17 y en seis partidos lo subió al sexto lugar.
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Cristian Mercado

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El cambio extremo del Junior bajo el mando de Arturo Reyes

Recibió un equipo que no ganaba y no marcaba goles y ya suma cuatro victorias y 18 tantos en seis partidos.

En sólo seis partidos, Arturo Reyes recobró la credibilidad de la afición del Junior. Cinco meses atrás, el técnico samario había salido en medio de insultos, rechiflas y custodiado por escudos policiales tras la derrota 2-1 en casa ante Envigado, que dejó al equipo rojiblanco sumido en el puesto 17 de la tabla.

Su nombramiento, en reemplazo de Hernán Darío Gómez, no fue bien recibido por los junioristas, que no le perdonaban su mala campaña en el primer semestre, donde apenas dirigió siete partidos de Liga, más uno de Copa Sudamericana ante Tolima, que lo eliminó del certamen continental.

En su primera salida sacó un discreto empate sin goles ante La Equidad, en Bogotá, que pudo ser derrota si el VAR no le invalida al conjunto bogotano un gol sobre la hora.

Pero después de la remontada en Barranquilla ante América de Cali, partido que iba perdiendo 3-0 y terminó ganando 4-3, todo empezó a cambiar. Ese día, Reyes y sus jugadores se dieron cuenta de que podían revertir la situación adversa del equipo.

En la fecha siguiente, le ganó 2-1, como visitante, al Envigado, pero los humos volvieron a bajar con la derrota 1-0 ante Santa Fe, en una presentación discreta del elenco tiburón.

Las dos goleadas siguientes a Unión Magdalena (7-1) y Alianza Petrolera (5-1), que permitieron que Junior ingresara al grupo de los ocho, han elevado las acciones de Reyes, que fue llamado de urgencia por Fuad Char para que diera una mano ya que tenía contrato vigente con la institución.

En los seis partidos que lleva dirigidos hasta ahora en su tercera era como técnico del Junior, Reyes ha tomado decisiones que han terminado siendo sanas para el equipo: borró a Didier Moreno, criticado por su bajo rendimiento, pero inamovible para técnicos anteriores (incluido él), y se la jugó con Hómer Martínez y con Jhon Vélez, quienes han dado una respuesta positiva. Hoy nadie extraña a Didier, quien tendrá que seguir esperando su turno porque después de Hómer y Vélez ha vuelto un Fabián Ángel con ganas de competir por un puesto.

José Enamorado durante el partido que Junior le ganó 5-1 a Alianza Petrolera.

A Reyes no le tembló el pulso para sacar de la formación a Pablo Rojas, una de las incorporaciones para este semestre, y tampoco a Vladimir Hernández, cuyo bajón futbolístico es notable.

Freddy Hinestroza, aunque fue y jugó algunos minutos en Barrancabermeja, no parece ser una prioridad para Reyes, y mucho menos Omar Albornoz y Carlos Sierra, quienes hace rato no aparecen en lista de convocados.

Reyes es quien mejor ha rodeado a Carlos Bacca con unos extremos punzantes como José Enamorado y Déiber Caicedo y atrás de ellos ‘Cariaco’ González. Este cuarteto hizo trizas tanto a la defensa del Unión Magdalena como la de Alianza Petrolera, siendo artífice de los 12 goles en los dos partidos.

Pero, pese al buen momento del Junior, Arturo Reyes no ha querido llevarse todos los méritos. De hecho, varias veces le ha reconocido a ‘Bolillo’ Gómez el acierto que tuvo para conformar una buena plantilla para este semestre destacando la cantidad de variantes con las que cuenta en todas las posiciones.

También ha afirmado que lo suyo sólo ha sido llenar de confianza a los jugadores, darles libertad para que jueguen al fútbol como lo sienten, atacar siempre y tener ambición de marcar muchos goles.

La llegada de Reyes ayudó a descomprimir un ambiente que estaba enrarecido con ‘Bolillo’ Gómez, desgastado por la salida de Sebastián Viera, de Juan Fernando Quintero y el intento de sacar a Carlos Bacca. El discurso del samario fue conciliador y dispuesto a sacar del momento difícil al equipo sin importar quién estuviera dirigiendo en la raya.

Hasta ahora lo ha logrado, pero sabe que la labor no ha concluido. Su meta, la de su cuerpo técnico y el grupo de jugadores, no es sólo clasificar a los cuadrangulares, sino pelear el título de la Liga.